¡Qué calor!
En la ciudad de México (así como en otras regiones del hemisferio norte) nos ahoga una ola de calor que amenaza con derretirnos hasta la extinción. La buena noticia es que ya inició la telenovela Tierra de Esperanza en la que he participado como escritor. (Aunque mi impacto en la adaptación y la historia haya sido minúsculo, agradezco infinitamente tener trabajo). Con todo, el martes, ya habíamos terminado de escribir hasta el libreto 120 (son medias horas) que es el último. La telenovela tendrá una breve duración de tres meses. Además, estoy escribiendo un programa sobre ecología para Marco Flavio y otro (no sé si ya lo había comentado) sobre un equipo de futbol (para una serie). Las cosas con mi gran amigo Salvador Mejía están detenidas. Pasemos, pues, con las excelentes y oportunas preguntas de aquellos que se toman el tiempo de descifrar estos garabatos (he extrañado a VICENTEBLO, por cierto, aunque lo vi en Twitter). Nos vamos a Brasil, con el buen amigo...