Escribir por Dinero.

El buen Gerardo Rodríguez, dice: "... no te desanimes. La idea es seguir adelante y no desistir. A veces pienso muchísimo en si mis telenovelas verán luz algún día, pero de igual forma sigo escribiendo, aunque sea para liberar mi mente y dejar fluir mis emociones"...

En mi caso, mi trabajo como escritor ha tenido dos vertientes (supongo que para muchos es así): escribir por dinero o escribir "para liberar mi mente y dejar fluir mis emociones"... No siempre coinciden. Al contrario, escribir por dinero, por definición, anula tu libertad creativa, porque debes someterte, justamente, a los intereses asociados a ese dinero. (Como dicen: "el que paga, manda"...)

Como escribí antes en otros blogs, en el ámbito de la televisión abierta en México, mientras más personas miran tu telenovela, mejor escritor eres. La presión del rating y de quien tiene el poder del dinero, casi nunca "liberan tu mente" (lo más probable es que te vuelvan loco).

Yo he escrito dos novelas y, como me autopubliqué, no tuve que rendirle cuentas a nadie. Esas novelas (La Media Naranja y La Rueda de la Fortuna) sí sirvieron el propósito catártico que menciona Gerardo. Me fascinó escribirlas (aunque solo podía hacerlo en mi tiempo libre). Me liberé... "dejé fluir mis emociones". 

https://www.amazon.com.mx/Media-Naranja-Alejandro-Pohlenz-S-ebook/dp/B07J1L78DH/ref=sr_1_1?__mk_es_MX=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&dchild=1&keywords=alejandro+pohlenz&qid=1610577747&sr=8-1



Claro, existe el ego del escritor. Me encantaría que todo mundo leyera mis novelas; que les apasionaran, que mis redes sociales estuvieran invadidas de comentarios (buenos); que todo mundo corriera a comprar mis libros (pero no ha sido el caso).

Lo cierto es que, gracias a mi historial de 21 telenovelas con Televisa, puedo darme el lujo de autopublicarme. Las telenovelas fueron ganar dinero; los libros son para escribir sobre lo que me da la gana. 


Ya terminé una tercera novela. Se llama El Visitante (actualmente, está en revisión). Empecé hace unos meses el cuarto libro, intitulado: Helena y Aquiles.

Lo cierto es que, además, el drama requiere de una interpretación (en la universidad le llamaban transcodificación). En otras palabras, hay que convertir lo que está en el papel en una obra audiovisual. Ese proceso, a veces, no es muy afortunado. 

También escribe mi estimado Gerardo: "te recomiendo realizar capacitaciones para la generación de relevo, sería interesante y aportarías muchísimo a todos aquellos que queremos seguir aprendiendo de este oficio"... 

¡Me encantaría! 



Comentarios

  1. Me voy apuntar a comprar tus novelas literarias, se ven super interesantes, lo mejor es que sigues aportando al género.

    De mi parte ya di el primer paso que es escribir, ahora queda dar el más difícil: el llegar ver ese producto en la pantalla, difícil pero no imposible.

    Me encantaría que siguieras compartiendo más libretos para así seguir aprendiendo sobre este mágico mundo.

    Abrazos

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