Golpes de Timón

Mi querido amigo, VICENTEBLO, hace una pregunta que, aunque es fundamental, es de respuesta dificilísima. De hecho, sí tuviéramos la contestación a lo que cuestiona don Vicente, seríamos más ricos que Jeff Bezos. La interrogante dice así: "¿Qué hace falta a las telenovelas para que el público se queda a verla de principio a fin en la televisión?"

Creo que ya había hablado de esto alguna vez, pensando en mis propios éxitos y fracasos. ¿Por qué funcionó tanto El Premio Mayor y no Sueño de Amor? ¿Por qué la gente sigue una historia, como Las Vías del Amor, por casi un año? 

Vicente, pone el dedo en la llaga (o en una parte de la llaga): "En la mayoría de los casos empiezan bien, y a las semanas se ponen 'lentas' o caen en situaciones ya vistas con anterioridad (...) ¿Cómo evitar que el público haga zapping entre tantas opciones?"

Entonces, la velocidad narrativa es un factor muy importante: que "siempre pasen cosas", una tras otra y, sobre todo, que sucedan sorpresas constantes, vueltas de tuerca, cambios de timón. 

También hablamos de "las situaciones vistas con anterioridad". No sé si te refieras a la "anterioridad" de la misma historia (es decir, que se repitan las situaciones) o a situaciones que hemos visto en otras telenovelas. Como hablamos alguna vez, hay un número limitado de situaciones dramáticas y "no hay nuevo bajo el sol". La idea es darles a las anécdotas nuevos contextos y nuevas combinaciones. Pero, en el fondo, la telenovela es SIEMPRE una historia de amor desencontrado. Entonces, se podría decir que la historia de amor se repite una y otra vez: un hombre y una mujer se aman de manera trascendente y absoluta, y hay alguien o algo que los separa. Finalmente, la intensidad del amor queda demostrada porque SIEMBRE triunfa. El melodrama sin final feliz es otra cosa: tragicomedia o algo así...

 

Entonces, ya vimos dos factores: que pasen y pasen eventos todo el tiempo y que aparezcan cosas inesperadas. Agregaría uno más: las interrogantes. La información que, en la telenovela, se da a medias o se entrega una probadita para que el público te siga mirando y llene el hueco de información que dejó el autor.

 

El exceso de incógnitas o secretos produce, a veces, confusión en el público y te pasa como con la serie Dark que, en lugar de contestar preguntas, surgen más y más, hasta que te desesperas. Hay que dar la información, sí, a cuentagotas, pero es necesario dejar que el público adivine, que especule. (Eso hacía siempre mi papá, que en paz descanse, y que vio todas mis telenovelas, desde Muchachitas, en 1991). Él me decía: "entonces, fulano de tal, va a enamorarse de fulana, pero no pueden estar juntos, porque él se va a ir a estudiar al extranjero". Yo fingía que no sabía nada. Y a eso jugábamos: "papá, no te voy a decir nada. Mejor ve la telenovela". (De todas maneras, siempre las veía).

En el aburrimiento narrativo del que hablas, Vicente, también hay un "vicio de nuestra profesión". A veces, queremos explicarlo todo. Y, al hacerlo, terminamos haciendo escenas de eternas de explicaciones y, sobre todo, en las que los personajes narran lo que ya pasó; lo que ya viste en la pantalla.

Bueno, espero que les hayan gustado estas teorías sobre por qué la gente sigue una telenovela o por qué resulta aburrida. (Ojalá tengan ustedes, lectores, otras hipótesis). He visto los ratings y Diseñando tu Amor (refrito de una serie portuguesa) apenas pasa de los 2 millones (o sea, muy bajo). ¿Será por eso? ¿Será que, como dijo Vicente, "se puso lenta"?

Los veo a la próxima ¿va?