Los Grandes Clásicos

Gracias a mi querido amigo ANDRÉS RÍCVOT, que comenta lo siguiente: "Tal como dice el título de este artículo, hay un dilema quizá al momento de escribir entre quienes buscan lucrar con esa o cualquier otra actividad, y los que simplemente disfrutamos haciendo lo que nos gusta hacer, aunque nos digan que no se puede vivir únicamente de amor por el arte je, je, je."

El asunto de los premios siempre ha estado sesgado; especialmente, los trofeos que entrega la revista TV Y NOVELAS que es propiedad del Grupo Televisa. Durante mi carrera como dramaturgo de la televisión que inició en 1987 con la serie Tres Generaciones, he tratado, siempre, de hacer lo mejor posible. En este oficio, el éxito tiene que ver, exclusivamente con la cantidad de personas que miran tu producto. Eres bueno escribiendo si tu producto es comercial; si tienes el primer lugar en los índices de audiencia. Te pagan para que tu obra venda publicidad. Debes de pensar que la calidad de tu trabajo está en función, solamente, de la popularidad. A lo largo de las telenovelas que escribí, aunque sí quise transmitir algunos mensajes sociales, la prioridad era siempre, el primer lugar de rating. Eso lo logré con algunas de las telenovelas en las que participé, como Muchachitas, Dos Mujeres, un Camino, Volver a Empezar, El Premio Mayor, Tú y Yo, Mujeres Engañadas, Soñadoras, Amigas y Rivales, Las Vías del Amor, La Fea más Bella, Una Familia con Suerte, Porque el Amor Manda y Mi Corazón es Tuyo. No es por presumir, pero son 13 telenovelas que tuvieron un contundente y constante primer lugar. El resultado: un solo premio. Creo que no importa tanto, si tienes el reconocimiento del público ¿no? En Twitter, todos están contentos con Mujeres Engañadas que no ganó premios ni en la música incidental... Je, je... 




El joven ilustrísimo VICENTEBLO, hace una de sus geniales preguntas: "Sé que prefieres escribir guiones originales, ¿qué es lo más complicado de adaptar telenovelas argentinas o colombianas a México?"




Como comentaba en alguna de mis entregas anteriores, el problema de Una Familia con Suerte era que, la original argentina, Los Roldán, era, no solo una copia de El Premio Mayor, sino que parecía un catálogo de payasadas y folclorismos argentinos. La telenovela (ya lo había mencionado por ahí) no tenía gran sustancia. Además, el señor Osorio me había puesto a una policía, mi querida Martha, para que vigilara que yo "siguiera el original". Para salirme con la mía, tuvo que suceder una crisis, en aquel 10 de mayo de 2011, día en el que el rating se había desplomado. Entonces, tiré a la basura el original e hice las cosas como las sé hacer.



 

El caso de los colombianos es un poco diferente: creo que somos más afines culturalmente a ellos. Pero Las Juanas, por ejemplo, no solo tenía 20 años de antigüedad, sino que tenía elementos sobrenaturales (de realismo mágico) como decían, que, de plano, quitamos.   

Mi estimado Johan Alonso, comenta (por cierto, ¡muchas gracias!): "deberías tener un estante en estatuillas de premios. Alejandro, ¿qué piensas tú del formato fábrica de sueños, en versionar los grandes clásicos de la época, te arriesgarías a adaptar uno de ellos?"




¿Te refieres a las versiones que se hicieron de RubíCuna de Lobas y otras? Me parece que no funcionaron gran cosa y ya todos nos olvidamos de ellas. Creo que, el primer problema, era la duración. Me parece que el público está acostumbrado a formatos de, por lo menos 80 capítulos (4 meses). Por otro lado, creo que hubo demasiadas pretensiones en la producción; por ejemplo, traer a la española Paz Vega como protagonista. ¿Quién la conocía en México, donde "odiamos" los acentos de otros países?




Pero, como siempre contesto, Johan: en estos momentos de mi vida, hago cualquier cosa (aunque odiaría hacer series o telenovelas de narcos). 

Mil gracias por su fidelidad y su paciencia. Seguimos aquí, pa' lo que gusten y manden. 

Comentarios

  1. Hola, Alejandro. Gracias por tus respuestas. ¿Qué hace falta a las telenovelas para que el público se queda a verla de principio a fin en la televisión? En la mayoría de los casos empiezan bien, y a las semanas se ponen "lentas" o caen en situaciones ya vistas con anterioridad. Para subir el rating cambian tramas y a veces la idea del inicio es otra al final. ¿Cómo evitar que el público haga zapping entre tantas opciones? No quiero que el formato desaparezca porque hay un público cautivo.

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