De biofresas y narcoseries

¿Cómo están el día de hoy, 25 de noviembre, en este aciago y turbulento mundo? Espero que bien. Desde el último texto, del miércoles pasado, este blog ha tenido pocos lectores (en proporción a otros días). Espero que la causa no sea la pérdida de interés. Es por lo que siempre anhelo sus comentarios y sus preguntas, que son los que guían esta columna. 

Inicio con DANIEL que pregunta lo que sigue: "¿Cuál es tu opinión en relación a las narconovelas y las bioseries que hacen de actores y cantantes famosos? ¿Viste alguna narco o bioserie? ¿Te gustó?"

Mi querido Daniel. Ya he hablado de este tema en textos anteriores, pero no importa, ahí te va: detesto cualquier programa, serie o telenovela que trate sobre el narcotráfico. No los soporto y me parece que en esos productos se glamouriza a los delincuentes. Siento que ha sido un género sobre explotado (en alguna época, Colombia no hacía más que cosas de narcos). No he visto ninguna ni las veré. Tampoco aceptaría escribir alguna. 

En cuanto a las series biográficas, VICENTEBLO ya había acuñado un término: las llamó "biofresas". Y es que, en la mayor parte de las series, telenovelas o películas biográficos (incluyendo el largometraje sobre el grupo Queen) las historias son light y es muy raro que traten mal o que destruyan la imagen de las personalidades. Ahora, Gloria Trevi está haciéndole marcación personal a Carla Estrada para su bioserie, lo que quiere decir que se planteará como una víctima de Andrade (te lo firmo). En general, las bioseries o películas biográficas me aburren por eso, porque son fresas, porque idealizan al personaje del que hablan.

 

Continúa don DANIEL: "Y ¿por qué los productores actualmente tienen vergüenza del género de las telenovelas y quieren hacer todo en formato de serie?" No sé a qué productores te refieras. En el caso de Televisa a ningún productor le da vergüenza: ahí siguen Osorio, Nicandro, Chava Mejía, Carlos Moreno, Rossy, etcétera. Quizá me podrías señalar a qué productor le da vergüenza el melodrama y prefiere hacer series.

Nos vamos con mi querido amigo VICENTEBLO. La noticia en cuanto a la adaptación que me encargó Salvador Mejía es la siguiente: presentó una "ficha" de mi proyecto de adaptación (es la información básica); después, me dijo que tendríamos una junta el miércoles 23 para platicar los "golpes dramáticos" o lo que le llaman "mapa de ruta" (es decir, una crónica de todo lo que va a suceder en la telenovela de principio a fin). Yo me fui de viaje, y me la pasé leyendo los 180 capítulos originales. Pensé en el mapa de ruta, le escribí un WhatsApp con algunas preguntas... Y nada. Hasta el día de hoy, no respondió. 

Continúa don VICENTE: "¿Podrías publicar algunos fragmentos de tu novela Oculto en los pliegues del tiempo?" ¡Claro!

https://www.dropbox.com/s/j9u5tcbubadqkrn/OEPDT%20CAP%C3%8DTULO%201.pdf?dl=0

"¿En qué te inspiraste para escribir esa historia?" Tiene un aire a Stephen King, pero lo que más me "inspiró" fue haber cursado la maestría en creación literaria en la Universidad Internacional de Valencia.

Pregunta don VICENTE: "Cuando comentas que el inicio de una telenovela es insípido, ¿es posible que mejore con el paso de las semanas?" Sí, es posible, pero recuerda que es muy difícil recuperar el público que pierdes al principio (no hay peor cosa que alguien te diga: "no, p's esa comedia yo ya no la veo"). Volver a capturar a esa persona es muy complicado. (Ahora: no sé cómo va la telenovela de Gabriel, porque el Sr. Mejía no me ha mandado los ratings. Es él por quien me entero).

VICENTE: "¿Alguna vez presentaste telenovela en Televisa con el esquema de 3 protagonistas o siempre han sido 4 heroínas?"

Siempre fueron 4.

"¿Por qué no te permitieron potenciar Hijas de la luna?" Porque Nicandro, después de contratarme, hizo favor de llamar a Palmira para que escribiera conmigo. Yo no diré nada mal sobre Palmira, sino del hecho de coescribir. Cuando coescribes debes conciliar las posturas con la otra persona y ceder mucho. Además, Palmira, de inmediato toma el liderazgo. Cuando Nicandro me dijo lo de Palmira, estuve a punto de decirle que "mejor no". Fue mi esposa la que me convenció de seguir. (Ahora, Nicandro está feliz con su "escritor de cabecera" y ya no me llama ni solo ni acompañado).

Bueno, me despido porque creo que ya me colgué demasiado y esto va a ser tediosísimo. ¡Abrazos!